viernes, 21 de mayo de 2010

Eufemismos

por Guido Montali

I

Nada de alturas, narrador pide un ejercicio más sencillo. Olvidar, o seguir desconociendo, las definiciones teóricas de los términos. Baste pensar un momentico en simples significaciones de sentido común.

II

Crispación. Clima sociopolítico que se vive en Argentina desde 2007 por un gobierna y su esposo gobierno que no escuchan a la gente, que se afanan todo, que no son el campo.

III

Consenso. Solución a I. Recorre todo el arco de voces parlamentarias, sus reproducciones televisivas, radiales, la tinta chorreada en matutinos. El consenso es la flecha, el oficialismo el objetivo. ¿Qué necesidad de pelear? Así vamos para atrás, buenos aires no va a estar bueno. Vamos muchachos, nada es tan grave, salvo la falta de consenso, que divide a los argentinos. Y todos sabemos que los argentinos tenemos los lazos sociales más potentes, envidia de cualquier teórico social.

IV

Ausencia de conflicto=armonía. Una simple formulita matemática che. Resultado del logro de II. Que vivamos en paz, 365 días de navidad. Porque una cosa es el debate democrático pero otra, muy distinta, una disputa que destruya la armonía. Narrador tiene ganas de pelear, no entiende cómo se debate sin conflicto, pero silencio, esta no es su sección.

V

Autoritarismo. ¿Hace falta decir que es culpa de gobierna y su esposo gobierno? Igual vale la aclaración: por desoír I, no ir en busca de II, ergo, imposibilitar III. Indivisible de (VI) Libertad. Dos caras de la moneda, es una o la otra. No somos libres, tenemos miedo. Hay que ser solidarios con todos los compañeros que tienen miedo.

VII

República. La piedra de toque, el argumento definitivo, irrebatible. Todas nuestras palabras tienen su legitimación en la República. Hay que citar de nuevo y de nuevo la Constitución Nacional de la República Argentina, madre de todas las leyes, reparadora de tensiones, descanso eterno de la paz. Puff, así cagamos, no tenemos chanc Narrador.

VIII

No es que sea amigo de la crispación, enemigo del consenso y la armonía, autoritario o antirrepublicano. O quizá si, a quién iría a importarle. ¿Soy muy boludo o es el mismisísimo discurso neoliberal al ataque? Todas nuestras palabritas emergen en una misma superficie, que les sirve de pegatina, la cuestión del Orden (IX). Para que todo esté en orden nada debe cambiar, para que nada cambie no al conflicto, basta con la política. Programa de nuestros queridos positivistas, orden y progreso (véase bandera du brasil) aparecen una y otra vez en la retórica política, disfrazados, maquillados, pero aparecen. Es el arte del aparente no gobierno, del que deja hacer, del que posibilita nuestros espacios de libertad. Lectores con inteligencia mucho más aguda que la del narrador, que sólo se preocupa por el sentido común, sabrán comprender. YYYAAAA termino, última cosita. Tengo una sospecha: argumentar que todo tiene solución en el consenso implica suponer un cierto orden que los seres gobernantes sólo deben respetar, una suerte de Naturaleza. Ni más ni menos, a no politizar, hay un Orden Social Natural a seguir.

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